La duda no está de moda. Hoy día está desprestigiada, aunque siempre ha sido fuente de inspiración de los pensadores. El acceso rápido y fácil a la información invita a un juego perverso en el que consideramos que la certeza absoluta es posible. Sin embargo, el conocimiento seguro y claro de algo, sin temor a errar, la infalibilidad, es inalcanzable. Hay grados de certeza, pero la seguridad total no existe. Debemos recordar que la verdad absoluta conduce al fanatismo.
Se confunde el "temor a dudar" con el "temor a errar".