La fidelidad es una consecuencia de la evolución de la humanidad. Apareció con el mismo objetivo que el de todas nuestras conductas: asegurar la continuidad de los genes. Los seres humanos nacemos muy indefensos, vivimos una infancia prolongada porque necesitamos mucho tiempo para poder desenvolvernos por nosotros mismos. Así que, ya desde hace miles de años, la mujer necesitaba a un hombre a su lado para proteger a sus crías. Y surgió la fidelidad.