Hay niños y jóvenes que abandonan sus estudios pensando que son estúpidos y acaban en las calles como pandilleros, en trabajos precarios, en la cárcel o hundiendo su vida en alcohol y antidepresivos... Como afirma uno de los pensadores educativos más solicitados de los últimos veinte años, Ken Robinson, no se trata de pensar que la educación sea la respuesta a todo esto, sino que un mejor comienzo vital les brindaría la oportunidad de poder descubrir sus auténticas cualidades y elegir su camino. Hay profesores estupendos que son capaces de rescatar niños al borde del abismo y encauzarlos. No es una exageración decir que se trata de una cuestión de derechos humanos: la gente tiene el derecho a elegir su propia vida. Cada niño es único