Cuando me refiero a la lucha por la "poligamia" no hablo en el sentido estricto de la palabra. Es decir, no pretendo, evidentemente, que nadie rompa las leyes de su matrimonio o fomentar las relaciones extramatrimoniales. Sí tengo, en cambio, la intención de hacer compatibles tres "matrimonios":
- El primero de los tres es el matrimonio verdadero: con nuestra pareja. Es una aspiración humana única. Siempre he aconsejado, cuando alguien se enfrente hasta el extremo de tener que decidir, que piense: "la familia es lo primero". Y yo me atengo a esa prioridad, sin duda.
- El segundo es un matrimonio con nuestro trabajo. Para nosotros los médicos, el trabajo es un equilibrio entre la atención al paciente, la educación, la investigación y la promoción de la salud. Como pediatras nos hemos comprometido para trabajar por los niños y sus familias. Hemos dedicado años de estudio y de práctica. La medicina, como cualquier otro trabajo, exige tambien una vida de aprendizaje y sacrificio. Pero la clave está en que el trabajo es algo que uno debe amar. Eso no quiere decir que carezca de decepciones, frustraciones y desafíos. Sin embargo, a lo largo de estos 30 años, yo no hubiera querido hacer otra cosa que ser pediatra.
- Y el tercero es un matrimonio con nosotros mismos. Y esto implica continuar con nuestras actividades personales, nuestros intereses externos y nuestras aficiones.
Estos tres matrimonios los hemos contraido cada uno de nosotros y nuestra lucha debe ser para conservarlos vitales, equilibrados, apasionados y en armonía.
La palabra "lucha" la he escogido porque, al igual que tantos ideales, valores y las mejores intenciones, uno nunca podrá alcanzar el logro perfecto. No debemos sentirnos culpables por ello. Lo más que podemos hacer es intentarlo. Y la lucha nos ayuda a estar más cerca de la meta deseada.
Tambien me he preguntado si éste es un asunto que afecta más a hombres que a mujeres, y he concluido que si bien el papel de ambos ha cambiado en nuestra sociedad de manera significativa, aún existen muchas barreras que saltar. El equilibrio trabajo-vida afecta a los hombres y a las mujeres. Además, el 72% de los pediatras jóvenes son mujeres que, al estar en edad de procrear, tendrán que compartir además otro impacto considerable.
Whyte señala que, aparte de otras medidas, a nivel personal es muy importante encontrar tiempo para el silencio - un bien escaso pero imprescindible -. Con unos instantes de soledad uno debe intentar realmente ponerse en contacto consigo mismo. Son los momentos para tratar de responder por sí mismo a las verdaderas y desafiantes preguntas. Whyte anima a imaginar, a luchar para mantener los tres matrimonios con vitalidad y convertirse así en un exitoso "polígamo".
Entonces, si es usted muy afortunado, como yo lo soy ahora, se encontrará en un momento especialmente dulce, rodeado de su familia y amigos, reconocido por el trabajo que le gusta hacer y disfrutando la gratificación personal.
Este fragmento de antigua filosofía china lo resume todo:
La felicidad es tener alguien a quien amar,
Es tener algo que hacer ,
Y algo que esperar.
Adaptado de Stephen Ludwig, MD.
Children's Hospital. Department of Pediatrics. University of Pennsylvania. Philadelphia.
Pediatrics Vol. 127 No. 2 February 2011, pp. 358-362 (doi: 10.1542/peds.2010-2171).