Es evidente que la infección o inflamación del conducto auditivo externo, es decir la otitis externa, tiene menos impacto social y médico que la otitis más allá del tímpano (otitis media). Sin embargo, los padres preguntan frecuentemente sobre la limpieza del conducto auditivo externo (CAE) y los riesgos de entrada de agua, en especial, cuando el niño es pequeño o un bebé.
Las otitis externas, tambien llamadas otitis del nadador, son más frecuentes en adolescentes, deportistas y profesionales que practican actividades en el mar o piscinas, como: nadadores, buceadores, surfistas, navegantes, etc. En el niño son habituales en verano, especialmente cuando las condiciones sanitarias del agua (mar, piscinas, parques acuáticos, duchas) no son las adecuadas.
Hasta ahora la prevención de este tipo de infecciones pasaba por dar pequeños golpes en la cabeza con el fin de intentar expulsar el agua, o bien poner unas gotas de alcohol o vinagre para evitar el desarrollo de bacterias.
Un médico especialista en Otorrinolaringología, Hamilton P. Collins, ha desarrollado un "secador de oido" denominado Sahara DryEar. Este pequeño instrumento, parecido a un termómetro de infrarrojos, crea un flujo de confortable aire caliente durante unos 80 segundos, secando completamente el CAE.
El aire caliente tiene diversas propiedades para ser efectivo en la prevención de las otitis externas, ya que ejerce un efecto positivo sobre varios componentes del interior del CAE: el cerumen (material semisólido producido por glándulas), los cuerpos extraños ambientales, el agua retenida con productos químicos, la sudoración, los restos de la descamación de la piel y los microorganismos como bacterias y hongos. Un desequilibrio entre estos componentes puede dar lugar a otitis externas o a tapones de cera. Todo ello es un problema añadido cuando al niño se le colocan tapones de silicona o prótesis auditivas. La colocación de los mismos empuja hacia dentro el cerumen y, aparte de ocluir el CAE, obstruyen el audífono.
Este instrumento dispone de un chip computarizado que regula el flujo de aire caliente y su dirección. Se entrega con 5 toberas intercambiables de diferentes colores para que los componentes de la familia que lo usen puedan identificarlas.
El funcionamiento es muy sencillo y tiene dos efectos: el primero es la evaporación del agua por el aire caliente y el segundo es para secar los componentes antes citados, impidiendo el crecimiento de los gérmenes y la obstrucción del conducto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que secar el conducto con mucha frecuencia puede disminuir la protección natural del oido.
El fabricante señala tambien su utilidad en las otitis medias supuradas porque el aire caliente seca la secreción purulenta y no causa molestias ni mareos al paciente. Asímismo, si al niño le han colocado un tubo de drenaje en el tímpano puede utilizarse para evitar que la infección pase del CAE al oido medio.
Este instrumento está equipado con una batería de litio que permite utilizarlo unas 50 veces antes de su recarga. No está disponible aún en España hasta que se haya adaptado a los ciclos eléctricos y sea aprobado por las normas europeas. Más información en : www.dryear.net
Tomado de Dr. S. García Tornel. Pediatría Integral. Vol. XII, núm. 4. Mayo 2008; 409-410.