Dada la abundancia de los teléfonos móviles en todo el mundo (más de mil millones), un investigador del Departamento de Neurociencias y Salud Mental del Imperial College de Londres ha publicado un artículo sobre el efecto de estos aparatos en el cerebro. Puesto que la tecnología GSM mediante la que funcionan los móviles sólo lleva disponible diez años, se ignora si éste sería un período suficiente como para haber identificado su efecto en el desarrollo de una patología cerebral. De momento, los datos disponibles sugieren que el riesgo de desarrollar este tipo de patología es muy pequeño.
En otro estudio, en personas sensibles a los campos electromagnéticos, realizado por Rubin y sus colaboradores, no se ha podido demostrar que los síntomas de los pacientes se asociaran a la radiación del teléfono móvil.
Por su parte, las autoridades sanitarias holandesas han llegado a afirmar que no hay razón para recomendar que se limite el uso de teléfonos móviles, ni siquiera en la población infantil.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, en países como el Reino Unido, el Grupo Independiente de Expertos en Telefonía Móvil publicó, ya en el año 2000, un informe en el que se recomendaba llevar a cabo un programa de investigación y un uso cauteloso de los teléfonos móviles, especialmente en los niños. Adaptado de Maier, M. BMJ 2006; 332(7546): 864-865.