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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 27 de enero de 2008

Los niños y la televisión en el siglo XXI.

Cuando los pediatras piensan en los riesgos ambientales durante la infancia, tienden a centrar la atención en el plomo, en los insecticidas, en los ácaros del polvo doméstico... Sin embargo, en realidad, la exposición más considerable para la mayoría de los niños es la TV, ya que pasan más tiempo delante de la pantalla que en cualquier otra actividad. Y esta exposición ejerce unos efectos significativos sobre su salud y bienestar.

¿La TV es como el plomo, un tóxico demostrado? ¿O es como el flúor, que al añadirlo al agua de bebida se ha mostrado beneficioso para la salud dental de los niños?. Durante demasiado tiempo nos hemos preguntado: ¿"La TV es buena o mala"?. Si la TV es buena o mala para los niños depende en gran medida de lo que ven y cómo lo ven.

El último modo en que se ha comparado la TV con el plomo es su asociación con la disminución de la capacidad de atención. Es decir, debe hacernos meditar el hecho de que la frecuencia del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ha aumentado 10 veces en un período de 20 años. Sin embargo, los investigadores consideran la posibilidad de que hasta una hora de TV al día no ejerza efectos negativos sobre la capacidad de atención, y 1-2 horas pueden aumentar incluso dicha capacidad. Estos hallazgos, aparentemente contradictorios, pueden explicarse si los niños que ven la TV 1-2 horas contemplan programas diferentes o ven la TV de un modo diferente al de los niños que la ven más de dos horas diarias.

Los próximos estudios deben centrarse, sobre todo, en el contenido de los programas de TV, su duración y la forma de verlos. La escasez de datos disponibles, en la actualidad, sobre los efectos de la TV, especialmente a comienzos de la infancia, se produce en un momento en que los niños ven cada vez más la TV y a unas edades más tempranas. A consecuencia de ello, estamos metidos en un experimento sobre la próxima generación de niños y nuestro desafío futuro es hallar el modo en que la TV se parezca más al flúor que al plomo. Adaptado de D.A. Christakis, MD, MPH. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):139-40.

sábado, 19 de enero de 2008

¿Cuál es el sexo débil?

Los bebés, por el hecho de ser varones, en particular los que son de muy bajo peso al nacer, tienen más riesgo para sobrevivir que las niñas. Es decir, los autores sugieren que la naturaleza intenta, por mecanismos biológicos aún desconocidos, seleccionar a los padres más adaptables y adecuados, o bien preservar a las niñas, como futuras madres, porque las considera más importantes (para dar a luz y criar a la siguiente generación).

Y, además, cuando se trata de embarazos gemelares de distinto sexo, parece ser que el feto femenino llega a encontrarse en una "situación de desventaja" porque su hermano es varón. Si fuera verdad lo contrario, el feto masculino gozaría, en este caso, de la ventaja de tener una hermana fetal.

Se llega, pues, a la conclusión de que el varón es el sexo débil, y que la naturaleza no puede acortar la distancia de la inferioridad.

De momento, la vieja canción de cuna sigue albergando cierto grado de verdad biológica cuando sugiere que los niños están hechos de "serpientes, caracoles y cola de cachorro de perro", y las niñas de "azúcar, especias y todo lo que es bonito" *.

Quizá la naturaleza sabe algo que nosotros aún desconocemos. Todavía nos queda más que aprender. Y, por ahora, como es natural, las niñas maduran antes y viven más tiempo. Adaptado de D.K. Stevenson, MD. y J.E. Tyson, MPH. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):131-2.
* Se trata de la letra de una canción de cuna llamada "What folks are made of" atribuida al poeta inglés Robert Southey (1774-1843).

domingo, 13 de enero de 2008

Azúcar y ejercicio. Pequeños cambios.

Durante un período de seis meses disminuyó significativamente el índice de masa corporal (IMC) para la edad en dos grupos controlados de niños. Sin embargo, el grupo en el que, además, se introdujeron pequeños cambios en la alimentación y en la actividad física (en el sentido de tomar menos bebidas azucaradas y realizar más ejercicio), presentó un porcentaje aún mayor de niños que redujeron su IMC.

Es decir, los autores sugieren que un sencillo y fácil método de pequeños cambios, puede ser útil para afrontar mejor el sobrepeso infantil y prevenir la obesidad en las familias. Adaptado de S.J. Rodearmel, EdD y cols. Pediatrics. 2007; 120:e862-e868.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2006-3451

Infarto de miocardio en adolescentes sanos.

Nueve pacientes (8 varones, límites de edades: 12-20 años) reunieron los criterios establecidos para el diagnóstico de infarto de miocardio. En 8 pacientes se hallaron resultados anormales en el electrocardiograma y niveles anormales de enzimas cardíacas en todos los casos.

Los análisis, en sangre, de colesterol y coagulación fueron normales y los de abuso de drogas negativos, en todos ellos . No se observó ningún caso con arterias coronarias anormales.

La función cardíaca se normalizó en 8 pacientes.

Por tanto, es necesario seguir realizando nuevas investigaciones en los casos sugerentes de infarto de miocardio y en los adolescentes que se presentan en los servicios de urgencia con un dolor torácico típico. Adaptado de J.R. Lane, MD. Pediatrics. 2007;120:e938-e943.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2006-3123

La nicotina y los adolescentes.

Entre 217 jóvenes que habían aspirado el humo de un cigarrillo, se pudo predecir la pérdida del control sobre el tabaco, por la sensación de relajación que referían después de fumar por primera vez.

La dependencia del tabaco se predijo tambien por la depresión del estado de ánimo, la familiaridad con marcas comerciales y la búsqueda de novedades.

En conclusión, una experiencia de relajación en respuesta a la primera dosis de nicotina fué el factor más eficaz para predecir la dependencia o la pérdida de control. Adaptado de J.R. DiFranza, MD y cols. Pediatrics. 2007;120:e974-983.