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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 12 de agosto de 2007

"¡Porque lo digo yo!"

Las órdenes sin explicación, especialmente si son diferentes de las normas aceptadas hasta el momento, originan menos conformidad que cuando se conocen sus motivos.

Probablemente, todos seamos culpables de responder a nuestros hijos de esta manera brusca cuando se van haciendo mayores y discuten con nosotros algún mandato.

Quizá en esos momentos estamos demasiado atareados para darles una explicación completa, pero el resultado será una sumisión tan breve como la respuesta.

Es posible que una explicación más razonada conseguirá resultados mejores y más duraderos.

Lo dicho no es diferente de lo que ocurre cuando, en calidad de médicos, damos órdenes a nuestros ayudantes.

Y la lista de ejemplos sería interminable. Adaptado de J.P. Goldsmith, MD y J.S. Greenspan, MD. Pediatrics (Ed esp). 2007;63(6):329-30.