Se trata de un problema frecuente en los niños. Sin embargo, es preciso saber que las liendres son simplemente el envoltorio del huevo y que éstas pueden contener un embrión en desarrollo o ser cáscaras vacías. Por tanto, todas no son contagiosas. Además, no todas las personas con liendres tienen piojos. Las liendres se hallan firmemente unidas al tallo del cabello y pueden persistir largo tiempo.
A menudo se recomienda a muchas escuelas que impidan acudir a los niños hasta eliminar las liendres visibles, incluso sin haber piojos. Dado que algunos de estos niños no llegarán a infestarse, es posible que esta conducta pueda dar lugar a tratamientos innecesarios, pérdida de días de escuela y de horas de trabajo de los padres.
Aunque es cierto que se desconoce la probabilidad de que las liendres se transformen en piojos, algunos investigadores consideran que las liendres que están próximas al cuero cabelludo contienen embriones de piojos en desarrollo. Se basan en que la hembra adulta del piojo pone sus huevos cerca de la base del cabello. Es decir, se considera que tener 5 o más liendres a menos de 6 mm. del cuero cabelludo es un factor de riesgo.
En conclusión, dado que los tratamientos anti-piojos no pueden eliminar completamente los huevos, se sugiere que en vez de perder todo un día de escuela, los niños con liendres podrían someterse a revisiones periódicas de 3-5 minutos para excluir la presencia de piojos vivos. Los que tengan 5 o más liendres a menos de 6 mm. del cuero cabelludo necesitarán exámenes más rigurosos.
Esta propuesta de modificación en la pauta de control de los piojos en la escuela requiere que las personas encargadas de examinar a los niños sean adiestradas y, por supuesto, que dispongan de tiempo suficiente.
Aunque el hecho de que los padres eliminen manualmente las liendres puede disminuir el riesgo de que los niños se infesten, es necesario realizar más estudios para averiguar cuál es el grado de eficiencia de esta medida. No hay motivos para creer que la extracción de las liendres sólo se logrará si los niños salen de la escuela.
Después de largo tiempo de temores y anécdotas, se requieren, por fín, métodos racionales para el control eficaz de los piojos de la cabeza en los niños. Adaptado de L. Keoki Williams, MD y cols. Pediatrics (ed. esp.) Vol. 51, núm. 5, 2001.
A menudo se recomienda a muchas escuelas que impidan acudir a los niños hasta eliminar las liendres visibles, incluso sin haber piojos. Dado que algunos de estos niños no llegarán a infestarse, es posible que esta conducta pueda dar lugar a tratamientos innecesarios, pérdida de días de escuela y de horas de trabajo de los padres.
Aunque es cierto que se desconoce la probabilidad de que las liendres se transformen en piojos, algunos investigadores consideran que las liendres que están próximas al cuero cabelludo contienen embriones de piojos en desarrollo. Se basan en que la hembra adulta del piojo pone sus huevos cerca de la base del cabello. Es decir, se considera que tener 5 o más liendres a menos de 6 mm. del cuero cabelludo es un factor de riesgo.
En conclusión, dado que los tratamientos anti-piojos no pueden eliminar completamente los huevos, se sugiere que en vez de perder todo un día de escuela, los niños con liendres podrían someterse a revisiones periódicas de 3-5 minutos para excluir la presencia de piojos vivos. Los que tengan 5 o más liendres a menos de 6 mm. del cuero cabelludo necesitarán exámenes más rigurosos.
Esta propuesta de modificación en la pauta de control de los piojos en la escuela requiere que las personas encargadas de examinar a los niños sean adiestradas y, por supuesto, que dispongan de tiempo suficiente.
Aunque el hecho de que los padres eliminen manualmente las liendres puede disminuir el riesgo de que los niños se infesten, es necesario realizar más estudios para averiguar cuál es el grado de eficiencia de esta medida. No hay motivos para creer que la extracción de las liendres sólo se logrará si los niños salen de la escuela.
Después de largo tiempo de temores y anécdotas, se requieren, por fín, métodos racionales para el control eficaz de los piojos de la cabeza en los niños. Adaptado de L. Keoki Williams, MD y cols. Pediatrics (ed. esp.) Vol. 51, núm. 5, 2001.