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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 17 de febrero de 2007

Ante todo, no perjudicar.

Ante todo, no perjudicar es uno de los principios básicos de la práctica médica moderna. Nació del conocimiento de que el médico está obligado a demostrar que el beneficio de cualquier actuación supere al riesgo, y que la práctica sea realmente beneficiosa para el paciente.

La meticulosa investigación y el análisis científico son, en la actualidad, los medios con los que el médico debe determinar, con la mayor certeza posible, cuál es la situación de una práctica específica, entre la distancia que separa el beneficio del riesgo. Esta actuación es el concepto fundamental de la medicina basada en la evidencia. Todo nuevo enfoque de la asistencia tiene que estar sometido a una revisión crítica por compañeros, en publicaciones médicas, cursos y a la cabecera del paciente. Los fármacos y los métodos dignos de aprobación tienen que soportar el estudio científico y superar los ensayos controlados.

En definitiva, además de los conocimientos y la propia experiencia personal, sin esta investigación basada en la evidencia no puede haber avances en la práctica médica, sino sencillamente las opiniones de una persona frente a otra. El caos resultante sería como volver al inicio de la historia de la medicina.

Por último, un ejemplo: los partos bajo el agua no se han sometido a esta investigación y, por tanto, no pueden ser considerados como una norma de asistencia aceptable mientras no se realice una valoración rigurosa. Es decir, los partidarios del parto en el agua forman parte de una cultura que cree en lo que desea e ignora los hechos a la vista o desconoce lo que pueda lesionar a los pacientes. Tomado de K. Schroeter, DO. Pediatrics (Ed esp) 2004;58(3):141-4